Billy el warrior
Por J. Ferre
Esta es la historia de Billy, un chaval introvertido que no comprende nada de lo que pasa en el mundo que habita. Amante del petit comité se desenvuelve de manera tranquila sintiendo total libertad para hablar sobre muchos temas de controversia con sus amigos: del “agradable” sistema actual, la explotación en el trabajo, la libertad mental que desearía tener, la ética de cómo actuar en ciertos casos, el puto individualismo tan de moda, el tejido de la amistad.
No puedes ver en Billy un rostro donde brota la felicidad. La forma en que mira la vida enmascara sus sentimientos y emociones, aunque se considere alguien relativamente contento y al final del día es agradable. La gente que le rodea son quienes decidió tener cerca, y su mente está trabajando desde hace unos años para sacar esa versión mejorada y no deambular con la nube negra sobre la cabeza.
De clase obrera, en su mente resuenan constantemente aires revolucionarios muchas veces causados por su malestar y su situación laboral. No comprende el abuso de sus servicios como trabajador y se inunda de rabia al notar que no tiene herramientas para solucionar el problema. ¿Cómo a alguien tan dedicado que quiere hacerlo todo correctamente se le ningunea o se le menosprecia? ¿Por qué sus compañeros hacen comentarios racistas y homófobos? o ¿Por qué votan a partidos de ultra derecha que les están quitando derechos y dinero?
No entiende cómo ciertas personas que están sindicadas en la empresa no luchan por los derechos de la gente, aún sabiendo que arriba están actuando de forma ilegal. Pensando en ello, se sindicó hace pocos días y está comiendo cabezas para que la gente haga lo mismo: poner su granito de arena, saltar la barrera para pillar un poco el mando. Así se siente bien, aunque no es tarea fácil. El rebaño es bastante manso por decirlo de alguna manera.
Su ser no muy sociable se suma a esta ola. Pasa los días un poco en solitario acumulando tiempo suficiente para germinar odio. Sí, de alguna forma eso le hace estar más tranquilo. Es un bucle, todo comienza a resonar en su cabeza y busca huir a un sitio en calma para dejar de pensar y sentir que todo va bien.
Pero su mente se ha vuelto más fuerte, como la de un guerrero. Es el aguante y el ningunear los problemas para su propio descanso mental. Sabe lo que la palabra problema significa metafóricamente (picadura de mosquito que molesta ). Porque en realidad el verdadero problema es no tener dinero para sobrevivir, no poder disfrutar de las pequeñas cosas de la vida como un almuerzo con tu padre hablando de la vida, sufrir una puta enfermedad o no tener gente que te quiera y te respete. Y al final de todo descubre que está bien. Sí, que está tan bien así, aprendiendo a vivir la vida de una manera que no había visto antes: Billy no para de crecer mentalmente porque es el motor que le impulsa a su estado de ánimo y si tiene días de querer asesinar (broma) al 99 porciento de la población es algo normal, porque no siempre sale el sol en su mundo. Pero es consciente de eso y maneja la situación.