Fútbol de mujeres, publicidad y mercado: comentario breve de una amateur
Por Fabiola Tello Figueroa
Cuando hablamos de la Copa Mundial Femenina 2019 estamos construyendo también la agenda de la opinión pública, que involucra a mujeres y su relación con la política. Esta es una breve invitación a pensar sobre este mundial y la integración publicitaria desde una perspectiva crítica.
Pensemos en un contexto deportivo dominado por la industria de la FIFA y toda esta carga político-económica de ridiculeces transnacionales que deja. Las marcas que financian este evento, el movimiento turístico que activa el mercado de las aerolíneas y el endeudamiento que producen estas fiebres colectivas, en lxs pobres y fervientes.
Recordemos la tienda del retail que en el marco de las movilizaciones de “El Mayo Feminista” del 2018, sin-vergüenza sacó poleras con el hashtag #NIUNAMENOS, intentando transformar una reivindicación social en objeto de consumo seriado.
La inclusión publicitaria del fútbol de mujeres llegó. Y así llego la apropiación mercadotécnica de una lucha que pretende evidenciar el machismo de la cultura futbolera en Chile y el mundo.
Y es que parecieran vendernos nuestras propias consignas por medio de la equidad publicitaria que solo apunta a la integración del fútbol femenino al sistema.
Cuando las marcas muestran una “minoría” que lucha, transforman la lucha en una pelea neo-liberal por la integración al sistema económico. No buscan cambios sociales ni políticos profundos en los cuales las mujeres del fútbol tengan entendidas es sus diversas complejidades, más bien solo buscan vender.
No están visibilizando, están apropiando.
Pensemos en el encuentro de “pichangueras” por la absolución de Higui, que a puro pulso logro enviar ayuda a la torta argentina que se llevaron por intentar evadir una violación colectiva y probablemente correctiva.
Pensemos en las pichangas a las que no pudiste asistir porque nadie te podía cuidar la guagua, porque tenias que cocinar, lavar, estudiar, trabajar. Pensemos en las mujeres que quisieron jugar a la pelota, pero las buenas costumbres les atravesaron el camino. La publicidad quiere hacernos creer que al comprar una toalla higiénica estamos adquiriendo derechos.
No creo que Endler quería viajar en primera clase cuando publicó en redes sociales las condiciones del viaje a un amistoso en EEUU hace un par de meses. Quiero creer que la arquera del PSG Fémenines está visibilizando el machismo tras la industria del fútbol, que privilegia a los hombres divinizando algo que no es nada más que un deporte. O quizás el mercado ya se apropió del fútbol de mujeres.