El Arrebato

Periodismo desde las Entrañas

Autobiografía de la humillación, los dioses y los ritos masculinos: un ensayo crítico sobre Inés de Elena Garro

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Por Uriel González desde México

Andamos huyendo Lola, publicado en 1980, fue el regreso de Elena Garro a la literatura después de doce años de silencio. Huyendo de México a raíz de los acontecimientos del ’68; las mentiras y las falsas declaraciones de periodistas vendidos; la crucificaron y le pusieron cadenas a sus pies y a sus manos. Elena junto con su hija comenzó un exilio que las llevó a esconderse de los hombres con trajes alargados, como sombras, y ojos atigrados de gato.

Elena Garro debió de pensar, cuando caminaba por las nebulosas callejuelas de París, en Eva y Leli, en las amigas que nunca se pudieron dejar, debió de pensar también, qué sería de sus vidas ahora, qué mentiras masculinas las invadieron, las quemaron y las alejaron de todo lo que soñaron cuando niñas y así, recordó esos días en Estados Unidos, los primeros del exilio, donde tuvo que dormir junto con Helena en corrales con paja apestosa, en departamentos fúnebres y en la única paz que les podía dar el pelaje negro de Lola, ahí en esa caminata pudo hallarse de frente con Aube y Karin, atrapadas en el país del sueño americano, viviendo en vida una terrible pesadilla.

Ese fue el regreso de Elena Garro a la literatura, esos personajes, desenvolviéndose en los peores escenarios serían evocadores en su siguiente novela, publicada un año después, Testimonios sobre Mariana, con otra madre e hija como protagonistas y con la Torre Eiffel como testigo del daño inexorable que hacían las palabras—declaraciones—de los hombres sobre una Mariana desapegada y alejada, por ellos mismos, del mundo.

En las novelas que le seguirían ya no habría madres e hijas huyendo en las penumbras de ciudades enormes sin saber porque las persiguen las sombras, no, pasarían más de diez años y tres novelas para llegar a Inés, donde Elena Garro no solo nos presenta la sumisión de una madre—Paula—y el rencor de una hija—Irene—sino también la fe en forma de persona—Inés—tres de los muchos personajes que se presentan en la pasarela oscura de los ricos, liderada por Javier, el padre de Irene y el nuevo jefe de Inés.

Este ensayo crítico hablará sobre Inés, presentándola como una de las obras de Elena Garro que utiliza lo sensorial y lo emocional para explicar; uno, la ausencia de la madre, y dos la relación con la madre y como puede simbolizar un rescate su presencia entera estando en un estado de exilio.

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LA RUPTURA DE LA INOCENCIA

Inés sale del hospicio donde estuvo viviendo desde niña. Su primo, Jesús, le habla a la madre superiora, a cargo de su prima, de un buen trabajo con una familia acomodada donde su pupila podría seguir desarrollando las bondades aprendidas en el lugar.

La novelette parte en la despedida entre la madre superiora e Inés: la primera mira con esperanzas la maleta de Inés, quien siente que algo va a salir mal, lo siente en el preciso momento en que la madre superiora le asegura que debe confiar en Dios, que va a un lugar impecable, a un excelente trabajo. El tren partirá alejándola de España y llevándola a París, ya no estarán ahí las figuras conocidas, Inés cerrará los ojos todo el viaje y los abrirá apenas llegue. No quiere ver lo que le espera.

La casa se abrirá, como se deben abrir los portones de hierro hirviente del infierno, despedirán un aire encerrado que la jalará para nunca más volver a salir. Dentro estarán los herejes y blasfemos, quienes algunas noches se reunirán para rendir pacto a un ser herbario antiguo: un ser que le gusta la destrucción, los cuerpos apestosos y desnudos. Un ser que no mata, pero sí que parece poseer.

Es aquí, en medio de la confusión de Inés, que entraran Paula e Irene, madre e hija. Irene busca que su papá le dé la pensión y que no se olvide de la obligación que tiene para con ella y su madre, mientras que Paula se ha rendido y cansado de los insultos que Javier tiene con ella y su hija, Paula no recuerda haber dejado así a Javier, dice que sí era un poco prepotente e imbécil, pero nunca desagradable, nunca con tantas ojeras, nunca con su cuerpo tan cansado, Irene asegura que eso es culpa de la amante, de Gina, desde que ella entró a su vida se ha encargado de andarlo moviendo de secta en secta y parece que está última, llena de mantas peruanas, inciensos y sexo, es la que más ha perjudicado a su padre. Inés desde su cuarto escuchará los canticos de los congregantes a la misa de humo, mientras que en la banqueta escuchará los pasos sigilosos de Irene, quien busca entrar a la casa, y en el café de enfrente podrá ver a Paula, bebiendo un café como si ahí en la taza dejará todas sus ganas de pelear.

Ahí, los caminos de las tres mujeres se cruzarán. Ahí, se darán cuenta que el peligro no radica en la deidad a la que le rezan y sacrifican sus sexos; sino en sus adoradores, en sus lenguas y en sus manos, que después de tanto robar, nada les costará matar.

Inés, está escrita bajo la corriente del erotismo francés; la pureza se ve corrompida por sus verdugos. Pero también hace algo de la narrativa de lo insólito, y es que podemos contemplar, en la novelette, muchas de las sombras de las mujeres que escribió en sus cuentos Inés Arredondo; en donde los verdugos, casi siempre hombres, encierran en una casa, toda la libertad que exhala el cuerpo y el alma femenina.

La relevancia de este texto y los de autoras del insólito mexicano en el panorama de la literatura mundial, está en mostrar a la mujer como personaje aparte del hombre, ver su individualidad, muchas veces representada en la pureza, que terminará siendo lastimada y dañada cuando las decisiones del hombre se interpongan en su camino.

En la novelette de Garro están presentes relaciones de mujeres que se conectan por un mismo verdugo, Javier, quien ha llevado la depravación de su mente al cuerpo de Inés y a la mente de Paula e Irene, las ha expuesto a intentos de homicidio y vemos que sale bien librado porque tiene dinero y es un hombre poderoso. Qué es lo que sostiene entonces a cada mujer en individualidad; en el caso de Paula, su hija Irene, y viceversa, una sabe que puede contar con la otra, pero en el caso de Inés, solo queda confiar en ella, no sabe lo que es tener una madre y desde siempre confió en oraciones cercanas al cielo y a Dios. 

Inés se preguntará muchas veces porqué ahora Dios no la escucha, porqué la deja ahí, parada en medio de las sombras.

LA DELIMITACIÓN BIOGRÁFICA

El texto desarrolla a sus personajes en espacios delimitados, cada uno forma un quiebre o un posible apoyo.

Inés está sola en el mundo, carece de vínculos familiares, quiere habitar una casa que le parece ajena, luego quiere irse porque encuentra en ella, todas las sombras de su alma. Elena Garro utiliza el simbolismo para hacernos dudar de todo lo que pasa, cuando drogan a Inés nos encontramos con el mayor de los maltratos hacía ella, podemos ver que la maldad radica ahí, en los símbolos, en la blasfemia a uno mismo; Inés pierde la cabeza porque se perdió a si misma, porque no importa, ya, que esté rapada, golpeada y amoratada, ya no importa nada porque sus verdugos lograron desdoblarla, lograron lanzarla lejos de su cuerpo. ¿Quién la habita ahora?

Inés, podría oscilar en muchísimos géneros y sorpresivamente en todos ejecuta sus características: puede ser una novela negra, puede ser una erótica francesa, puede ser una insólita mexicana, puede ser gótica; sus personajes, como casi nunca pasa con ningún autor, pueden trasladarse a otro desarrollo situacional y funcionarían a la perfección, porque están bien planteados y su trama es tan consistente que también podría mantenerse sola;  por fortuna tenemos a las dos juntas y hacen de esta, una novela fría, dolorosa, fantástica y a la vez muy real, haciendo que el lector se ponga tembloroso entre los restos del incienso en la sala de la mansión y escuchando muy quedo la voz de Inés desde su cuartito.

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En Inés, como en la mayoría de las obras de Elena Garro nos encontramos con un punto de partida autobiográfico; quienes hemos aventurado más en la vida privada de Garro, podremos hallar en este libro un espejo, y es que será inevitable que no veamos a Javier íntimamente parecido a Octavio Paz; estará su egocentrismo y su narcisismo hasta en la forma de fumar y echarse un tequila, estarán las amantes francesas y los ritos, muy característicos del masculino. También podremos sentir a Elena dentro de Paula, se sabe que Elena nunca quiso demandar a Paz por miedo a que su poder dentro del gobierno y del mundo literario en México la arruinará más de lo que estaba en ese momento. También Helena Paz Garro podría ser Irene: por esa valentía, esa desfachatez de decir las cosas tal cual son, porque el miedo parece no existir en su cuerpo, como tampoco debió de existir en el de Helena.

¿Pero quién sería Inés en este juego de realidades? Inés es al mismo tiempo Elena y Helena, es la personificación de todos los abusos que tuvieron que sufrir, desde su exilio en 1970 hasta su regreso a México, veinte años después. Inés es el conjunto de mentiras que nunca pudieron ser descreditadas en vida de la autora, Inés son las estelas de vidrio recién quebrado que auguró mala suerte, ese espejo roto por Paz, por Echeverría, por Amado Lemus, por cada mentira que sumando se convirtieron en cadenas siempre atadas a ellas.

Inés, como Testimonios sobre Mariana y Sócrates y los gatos, son obras que delatan esas mentiras, sin colarlas; muestran cómo eran nuestros héroes literarios y patrios, hasta hace poco el amor a Díaz Ordaz y Echeverría ha ido cayendo, todos sabemos qué tipo de hombres fueron, y lo mismo pasará con Octavio Paz. Llegará el día en el que se podrá hablar de él por lo que fue. Elena Garro lo habló y lo denunció en cada obra, pero fueron ignoradas esas referencias.

Inés, tendría que ser relevante en el panorama literario mundial porque es la prueba de que todo es denunciado con tiempo. De que todo estuvo escrito. De que no hay mentira que tarde mucho en caer.

FUENTES DE CONSULTA

  • Garro, E. (1995). Inés. Grijalbo.
  • Gutiérrez de Velasco, L. (1995). Inés: una metáfora de la libertad y la contaminación. En Elena Garro, Inés (pp. 1-3). Ed. Grijalbo.
  • Bernáldez Bazán, C. (2001). Inés: historia de una persecución. [Tesis de licenciatura, Universidad Autónoma de México]. Dirección General de Bibliotecas, UNAM.
  • Romero Chumacero, L. (2020). Inés, de Elena Garro: la (est) ética de la expiación. Revista Fuentes Humanísticas, 32(60), 87-98. https://doi.org/10.24275/uam/azc/dcsh/fh/2020v32n60/Romero.
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