Estado indemnizará a víctima de la dictadura: marinos intentaron violarlo y pasó por simulación de fusilamiento cuando tenía 17 años
La Justicia determinó que Mario Aguilar Durán también fue sometido a “torturas mediante la aplicación de electricidad en diferentes partes del cuerpo mientras era interrogado”.
Por Redacción El Arrebato
La Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó al Estado a pagar una indemnización de 10 millones de pesos a Mario Armando Aguilar Durán, quien fue víctima de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar. El afectado era estudiante secundario cundo fue detenido en tres ocasiones, entre septiembre y noviembre de 1973, y fue sometido a torturas por efectivos de la Armada en Valparaíso, para luego ser trasladado al cuartel de la Policía de Investigaciones de Santiago.
El máximo tribunal estableció el delito de daño moral y se aplicó esta indemnización con el objeto de “obtener la reparación íntegra de los perjuicios ocasionados por el actuar de agentes del Estado de Chile, ya que así lo demanda la aplicación de buena fe de los tratados internacionales suscritos por nuestro país y la interpretación de las normas de derecho internacional consideradas ius cogens por la comunidad jurídica internacional”.
Según determinó la justicia, Mario Aguilar fue detenido en tres ocasiones cuando tenía 17 años y sufrió “vejámenes y humillaciones” por parte de personal de la Armada.
Durante el tiempo que estuvo bajo su custodia fue sometido a “torturas mediante la aplicación de electricidad en diferentes partes del cuerpo mientras era interrogado por sus actividades como supuesto partícipe del Frente Amplio de Resistencia (FAR) del Partido Socialista”.
Junto a su compañero de liceo, Jaime Claveguera, además de la tortura con electricidad, fue golpeado con una tabla en el estómago. Aguilar relató que lo agredieron con golpes de puño “e intentaron realizar violación anal mediante el uso del mismo palo con el que le golpeaban”.
Asimismo, reseñó que junto a otras personas detenidas, fue sometido a la simulación de
un fusilamiento por personal de la Armada, estando con su rostro y cabeza cubierta.