Ecuador rechazó reforma constitucional de Noboa e instalación de bases militares extranjeras

En la consulta ciudadana también se desechó la propuesta del Gobierno de reducir la cantidad de legisladores y eliminar el financiamiento estatal a partidos políticos.
Por Redacción El Arrebato
La ciudadanía ecuatoriana frenó este domingo el paquete de reformas que el presidente Daniel Noboa llevó a consulta popular. Las cuatro preguntas —que buscaban instalar una Asamblea Constituyente, permitir bases militares extranjeras, reducir la cantidad de legisladores y eliminar el financiamiento estatal a partidos políticos— fueron rechazadas con márgenes significativos, según el conteo oficial que supera el 96% de actas.
El No dominó en todas las papeletas, con diferencias que oscilaron entre los 6 y los 23 puntos porcentuales. Se trata del revés más contundente que enfrenta Noboa desde que fue reelegido en abril por un amplio margen frente a la candidata correísta Luisa González. El mandatario reaccionó únicamente mediante redes sociales, donde señaló que respeta la decisión popular y afirmó que su “compromiso con el país se fortalece” tras el resultado.
Una jornada que reposiciona a la oposición
El bloque correísta, que venía golpeado por tres derrotas presidenciales consecutivas, emergió fortalecido tras el referendo. Lo que el oficialismo esperaba presentar como un voto de confianza hacia su gestión terminó generando un efecto inverso.
“Este país se une para decirle no al abuso”, declaró González tras conocer la tendencia irreversible, acusando al Gobierno de intentar avanzar sobre derechos ciudadanos mediante reformas “engañosas”.
El referendo se convirtió, además, en el décimo proceso consultivo que vive Ecuador en dos décadas, tradición en la que los mandatarios suelen buscar legitimidad para sus proyectos políticos. En esta ocasión, sin embargo, el electorado optó por frenar los cambios estructurales propuestos por el Ejecutivo.
Constitución de 2008 seguirá vigente
El punto más simbólico de la consulta —la propuesta de reemplazar la Constitución de 2008— terminó con un rechazo claro: 61,59% votó por mantener la actual carta, frente a un 38,41% que respaldó la iniciativa gubernamental.
Noboa había insistido en que la Constitución vigente dificulta atraer inversión, generar empleo y dotar al Estado de herramientas para combatir al crimen organizado, en un contexto de violencia sin precedentes. También alegaba que recientes fallos de la Corte Constitucional, que invalidaron leyes tramitadas por su administración, evidenciaban la necesidad de un nuevo marco institucional.
En paralelo, el gobierno buscó reforzar su narrativa de seguridad durante la jornada electoral. El propio Noboa anunció la captura en España de Wilmer “Pipo” Chavarría, líder de Los Lobos, y destacó el ingreso de los primeros internos a la nueva cárcel de máxima seguridad, donde ya se encuentra el exvicepresidente Jorge Glas.
Bloqueo a Estados Unidos
Una de las consultas más observadas era la que proponía abrir la puerta a la presencia de bases militares extranjeras. La posibilidad generó tensión luego de las recientes visitas de la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem, quien recorrió instalaciones estratégicas en la costa ecuatoriana.
Pese al interés de Washington, la ciudadanía decidió mantener la prohibición: 60,59% votó No, y un 39,41% se inclinó por el Sí. Esa cláusula constitucional es la misma que, en 2009, obligó a Estados Unidos a abandonar la base aérea de Manta.
Partidos y Asamblea: continuidad sin cambios
Las otras dos preguntas también fueron rechazadas:
- Eliminación del financiamiento público a partidos políticos: 58,06% por el No, 41,94% por el Sí.
- Reducción del número de asambleístas de 151 a 73: 53,46% por el No frente a 46,54% por el Sí.
Ambas iniciativas eran parte del intento oficial de reformar la estructura institucional y el sistema político, pero ninguna obtuvo respaldo suficiente.
Un escenario incierto para el Gobierno
El resultado deja a Noboa en una posición más compleja: deberá gobernar bajo la misma Constitución que buscaba reemplazar, sin los ajustes institucionales que pretendía incorporar, y con una oposición revitalizada que aprovechará el nuevo impulso político.
Aunque el mandatario mantiene una alta visibilidad y discursos centrados en la seguridad, el referendo marca un límite claro impuesto por la ciudadanía y reconfigura el mapa político ecuatoriano en un momento de alta tensión social y violencia interna.
