Los cantos de Lola Kiepja, la “última chamana” selk’nam

Por Jimena Améstica
En 1964, la antropóloga franco-norteamericana Anne Chapman conoció en Tierra del Fuego, Argentina, a Lola Kiepja, conocida como la “última chamana” selk’nam. La investigadora que llegó a indagar en el genocidio y exterminio del pueblo, grabó sus cantos desde 1965, hasta poco tiempo antes de que muriera a finales del invierno de 1966. Chapman tradujo los cantos con la ayuda de otra amiga selk’nam, la fueguina Ángela Loij.

Enrique Flores, en el libro “Cantos chamánicos Selknam” de Anne Chapman/ Lola Kiepja, aseguró que “las grabaciones de esos cantos constituyen, sin duda, una iluminación inesperada, una increíble sobrevivencia de la arcaica poesía americana. Conocerlas podría ser un punto de partida de investigaciones más profundas sobre las “poéticas chamánicas”, lo mismo que de la revisión (que reincorpore en su matriz esos cantos) de la tradición poética americana”.
La amistad de la antropóloga con Lola Kiepja quedó registrada en “El fin de un mundo: los selk’nam de Tierra del Fuego” editado en 1989. En el texto menciona que llegó en 1964 en una misión arqueológica francesa que trabajaba en la parte chilena de la isla.

“Lola vivía en la reserva indígena ubicada cerca del Lago Fagnano del lado argentino, donde fuimos a pasar la Navidad. Como etnóloga, yo deseaba conocerla y comprobé aliviada que el primer contacto fue fácil. Casi enseguida, luego de conocernos, me cantó un lamento por la muerte de su madre. Volví al día siguiente, y un tiempo después regresé para pasar tres semanas con ella y su amiga Angela Loij, que también era selk’nam, en Río Grande”, relató.
Y asimismo, replicó que “pese a la aniquilación de su pueblo a manos de los blancos, Lola no les guardaba rencor. Tampoco a mí. Algunas veces me llamaba ‘hija’; otras veces, mientras le ataba su delantal, me miraba por encima del hombro y riendo se balanceaba levemente, murmurando ala ala (bebé en selk’nam), queriendo decirme así que yo la estaba tratando como una madre a su bebé”.
CHANCHO COLORADO
De sus días completos de conversaciones, Chapman recordó que “Lola pensaba que yo comprendía el selk’nam mejor de lo que sucedía en realidad. Mientras ella conversaba en su idioma, yo trataba de captar lo suficiente como para hacer breves comentarios, de manera que ella continuara hablando. Afortunadamente, también me hablaba en español”.

El exterminio, la persecución, el secuestro y el sufrimiento de su pueblo marca todos sus cantos. Incluso, una de las palabras que más repetía, asegura la investigadora, “era Koliot (capa roja), nombre dado
a los blancos por las capas rojas usadas por los primeros policías llegados a la isla. ¡Koliot! era el grito de alarma cuando alguien divisaba uno o varios jinetes armados en el horizonte. Al grito, todo el campamento se dispersaba como mejor podía”
“Chancho Colorado”, cuenta, era el apodo que le dieron “a uno que mató a muchos de ellos, y que trabajaba para el señor José Menéndez, uno de los primeros ganaderos. También se acordaba de otro y repetía: “Malos cristianos, matar indios”.
SUS CANTOS
CANTO CHAMÁNICO DE SU VIAJE A HAM-NIA, EN EL CIELO DEL PONIENTE
[Vocalización]
Estoy en ese lugar.
No he llegado.
Los de la casa de Ham-nia, los que se fueron, me llaman desde lejos.
La oreja del guanaco está parada en Ham-nia del viento.
Dos klóketen, hijos de Kénenik, han partido.
[Vocalización]
Estoy sobre las pisadas de los que se fueron.
Voy andando por la pisada hacia el Hain de Ham-nia.
Estoy sentada sobre la cama allí.
Estoy cantando.
Estoy cantando en el lugar de las madres guanaco,
de los que se fueron, en la casa de Ham-nia.
[Vocalización]
Estoy perdida yendo hacia Ham-nia.
Voy tras las pisadas de los dos padres, de los que
se fueron.
[Vocalización]
Estoy sentada en la cama del Hain.
Creo que he llegado.
Voy andando hacia la casa de Ham-nia, de los que se fueron.
[Vocalización]
Los rastros de los que se fueron no están aquí
Voy andando hacia el Hain de Ham-nia.
CANTO CHAMÁNICO PARA ENTONARSE DURANTE UN ECLIPSE LUNAR
[Graznidos]
Luna tiene mi vincha bajo sus rodillas.
Luna acaba de tomar mi vincha.
[Graznidos]
Estoy seguro de que Luna me ha tomado.
Estoy bajo sus rodillas.
[Graznidos]
CANTO CHAMÁNICO DE SU VIAJE AL CIELO DEL PONIENTE
Ando perdida hacia la cama de Ham-nia.
Los que se han ido.
Los del infinito.
La cama de Kénenik, del infinito.
Dos klóketen llegaron caminando
al Hain de Ham-nia.
Los hijos de Kénenik.
No hablo bien.
Ando extraviada.
Shoort de Ham-nia.
El tiempo está sereno ahora.
El viento me transporta.
En mi mano tengo la flecha.
Los que se fueron.
Voy tras las huellas.
Hablo de los que partieron, los del infinito.
He perdido las huellas de los que se fueron.
El cerro del viento de Ham-nia.
Quiero hablar con otro chamán.
Estoy perdida.
Estoy sola.
No puedo hablar bien.
Ham-nia de mi madre.
Hain de Ham-nia, donde están los hijos, los klóketen.
[Vocalización]
Ando perdida tras el rastro de Ham-nia, de las mujeres guanaco.
Estoy en el Hain del infinito.
Estoy tras el rastro de la casa del viento, del cerro del viento.
Hablo de los que se fueron, los de Ham-nia.
Regreso del Hain.
Mi brazo es recio ahora.
Estoy en Kluiamen.
Estoy sentada acá, cantando,
hablando con los dueños del cerro,
los que partieron, los del infinito.
[Vocalización]
Estoy cantando en la casa del viento, de Ham-nia,
de los que se fueron.
Aquí están los rastros de que me hablaron los que se han ido.
[Vocalización]