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De El Cairo a Rafah: la historia de la chilena que se unió a la marcha contra el bloqueo de Israel en Gaza

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Carolina Dep Parra llegó a Egipto desde España este viernes 13 de junio y ha enfrentado una serie de situaciones complejas debido a las acciones del Gobierno para evitar la manifestación denominada “Marcha Global a Gaza”. Ha sido testigo de la deportación y detención de decenas de personas, entre ellos, un profesor universitario que la acompañaba en el viaje. “Se activó la seguridad de emergencia del Estado para detener nuestras acciones. Nos siguieron y se pusieron a sacar a las personas de los hoteles”, contó. La joven continúa en tierras africanas buscando reorganizarse con su grupo y lograr el objetivo de la convocatoria.

Por Jimena Améstica Zavala

“Estamos viviendo algo irreal”, cuenta Carolina Deb Parra desde Egipto. La investigadora chilena llegó a El Cairo el pasado viernes 13 de junio para ser parte de la Marcha Global a Gaza. La iniciativa pretende desplazarse a pie por el desierto hasta Rafah, ciudad que hace frontera con la Franja de Gaza, y protestar contra el bloqueo de ayuda humanitaria que ha impuesto Israel en medio del Genocido en Palestina.

Educadora de Párvulos de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, pasó gran parte de su vida viviendo en la comuna de Conchalí, Región Metropolitana. Es nieta de un ciudadano de El Líbano y hace nueve años y con el objetivo de cursar estudios de máster se radicó en España donde profundizó su lazo con el mundo árabe. En 2024 se matriculó en el Máster de Paz, Educación, Conflictos y Derechos Humanos de la Universidad de Granada y su investigación de tesis la dedicó a la causa palestina, con la temática del “cuerpo como instrumento de resistencia y constructor de paz”.

“Era un tema que me conectaba mucho al mundo árabe porque mi abuelo es de El Líbano. Y decidí hacerlo con artistas palestinos. Durante dos años estuve trabajando con cinco de ellos. Una chica de Jerusalén, dos que están refugiados en Berlín, otro que vive en Granada y otro que vive en Chile. Indagué en sus realidades y en el arte de la acción corporal. La base teórica de mi estudio se refería a la importancia de las marchas, la colectividad, de cómo el cuerpo toma un espacio único“, contó.

Si bien, reconoce que aunque Chile es una de las mayores comunidades de palestinos en el mundo, cuando vivía en Santiago no tuvo un acercamiento particular. “Conocía a personas del mundo árabe por el baile y acá en España fue más fuerte porque me metí mucho en cosas de activismo y feminismo. Y con mi trabajo de tesis, al estar tan inmersa sobre el tema de Palestina no fue difícil enterarme de la marcha. No pensé que iba a tener tanta tribuna, mucha gente que conozco y de muchos países están tratando de llegar ahora“, aseguró.

Apoyemos la Marcha Global a Gaza! - Quisqueya Será Libre

Y asimismo, insistió en que su trabajo con los artistas palestino marcó una diferencia en su perspectiva. “Estuve haciendo este trabajo todo este tiempo, sobre las vidas de estas personas y que ya se han transformado en amigos. No son sólo artistas que me han ayudado con el proyecto teórico, sino que son personas que tienen una historia”.

“NECESITO ESTAR AHÍ”

La decisión de participar en la marcha, según contó, fue rápida: “Cuando vi la convocatoria pensé que no era real. Pero comprobé hace menos de una semana que era posible y dije ‘voy’. ¿Qué otra cosa podía hacer? Yo no lo pensé mucho, no le di tantas vueltas. Dije ‘necesito estar ahí’ y sabía que me iba a arrepentir si no venía”.

Su hermana también se quería sumar. Sin embargo la tramitación de los visados lo impidió. En cuanto a su padre y su madre contó que se sorprendió con sus reacciones. “Mi papá me dijo que no podía decirme nada, porque él toda su vida fue así durante la dictadura de Pinochet, fue un tema muy complicado para él. Y mi mamá me apoyó mucho, fue una sorpresa”.

Con la tranquilidad del respaldo familiar, el 3 de junio se reunió en Granada con otras siete personas de diversas nacionalidades que también planeaban participar. “Éramos unas quince personas que no se conocían de ningún lugar. Quedamos en el mismo lugar donde el año pasado se plantó un olivo en recuerdo de la acampada por Palestina. Ahí se formó una pequeña comitiva para organizar el viaje. Se puede decir que no vine sola, somos siete personas, además de otros que viajaron de Francia y Túnez“.

Después de esa conversación determinaron realizar una colecta masiva para poder pagar los 300 euros que costaba cada pasaje. Corrieron la voz y en menos de 24 horas lo consiguieron. “Siempre tengo unos ahorros por si voy a Chile, pero no pude retirarlos del banco. Y ese mismo día un profesor ofreció pagar tres pasajes y también me llamó un chico palestino, que no me dijo quién era, pero depositó 900 euros. La gente se movilizó a un nivel emocionantemente hermoso. Todos colaborando y con confianza“, dijo con emoción.

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Para Carolina, que la gente respondiera de esa forma radica en “la necesidad de colectivizar las cosas”. Y si bien, cuenta que hay muchas opiniones con respecto a qué se pudo hacer con el dinero, como por ejemplo, donarlo a familias palestinas, insistió en que la situación hoy no lo permite: “El dinero no se puede comer y ya no se trata de un tema sólo de plata. Se trata de una acción y de tomar responsabilidad y organizar a la gente”.

“Incluso hay gente que no pudo venir, pero ha aportado mucho. Me vinieron a dejar sacos de dormir y materiales para apoyar. La gente tiene una necesidad de que esto se detenga y sea algo. No es utópico ni es soñador, es una acción concreta“, remarcó.

El vuelo quedó programado para el jueves 12 de junio. La ruta incluía abordar en Sevilla y volar por 4 horas y 25 minutos hasta Turquía y desde ahí directo a El Cairo. “Hay mucha gente que pensó que era algo que podría traer problemas por el tema judicial, otros decían que la convocatoria podía ser hasta una trampa para reunir a las personas que están pro palestina, pero tuvimos una reunión con una abogada de Egipto y nos explicaron el plan de acción que hay que seguir”, detalló.

Sin embargo, para la joven en este preciso momento no hay lógicas. “Tiene que ver con una forma de ser, en la manera con la que yo me desenvuelvo en el mundo. Porque ahora no hay lógica. Y me lo he preguntado. No sé si decir que en un momento sentí miedo, pero sí, una se pregunta muchas cosas. Entonces, fue una decisión emocional, de sentir que es una responsabilidad con la acción“.

“Me preguntaban si no tenía miedo de algún atentado o alguna acción terrorista. Pero vuelvo a decirlo, no me da miedo eso. Me da más miedo el saber que no puedo hacer nada y seguir mirando una situación que ya no tiene sentido”, zanjó.

PERSECUCIÓN EN TIERRAS EGIPCIAS

Ya es 14 de junio. Un día antes de la fecha pactada por la organización de la marcha para llegar hasta la ciudad de Al Arish, capital del norte del Sinaí. Desde ahí emprenderán un viaje a pie hasta Rafah, en la frontera con la Franja de Gaza. Sin embargo, el régimen egipcio ha liderado una serie de acciones para reprimir la movilización de los casi 4 mil activistas.

Según los últimos reportes, cerca de 400 personas han sido deportadas, mientras que otras cientas se mantienen retenidas en los controles migratorios. A pesar de ello, las delegaciones esperan insistir con la campaña y reunirse “a las afueras de El Cairo”. 

Los organizadores del comité de coordinación internacional de la Marcha Global a Gaza declararon en un comunicado que se continuará “con los preparativos de una acción histórica y pacífica para poner fin al asedio a Palestina y pedir la apertura de un corredor humanitario a través de Rafah”.

No obstante, confirmaron que a pesar de las gestiones no cuentan con la “autorización formal para iniciar la marcha”, pero insisten en que su intención “no es desafiar la ley, sino trabajar de acuerdo con ella“, añadiendo que están “plenamente comprometidos con la coordinación con las autoridades egipcias y la búsqueda de todos los canales de comunicación para garantizar el pleno cumplimiento de la legalidad”.

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Carolina se encuentra exactamente en medio de este complejo escenario, donde según nos contó la mañana de este sábado 14 de junio a través de WhatsApp, ha sido testigo de los controles militares y de la persecución policial. Incluso, un profesor universitario que la acompañaba fue detenido por las autoridades.

“Han pasado muchas cosas. Han deportado a muchas personas, han quitado los pasaportes y nosotras hemos podido entrar sin mayor problemas pero teniendo que escondernos y mentir en el aeropuerto. Ayer teníamos una reunión y pasó lo mismo, control militar y se activo la seguridad de emergencia del estado para detener nuestras acciones”, relató.

Incluso, fueron seguidas al hotel donde se estaban hospedando. “Tuvimos que irnos de un hotel y cambiarnos a otro hasta que finalmente estamos en otro lugar que no puedo decir. Hoy veremos qué hacer, porque no han dejado pasar a mucha gente, la han golpeado y estamos organizándonos para hacer algo que tenga impacto“.

Una vez que pueda volver a España, Carolina contó que esperan recopilar toda esta experiencia en un videodocumental, además de las opiniones de la gente y sus motivaciones para estar presentes en la marcha: “El mundo está fatal pero siempre hay algo que hacer cuando se tiene sangre en las venas“, aseguró.

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