El Arrebato

Periodismo desde las Entrañas

El camino amarillo: ser gitano a la orilla del tren

“De pequeño caminaste en el barro con tus hermanos o con tus primos o con tus primos hermanos. Sonreíste empujando a tus hermanos a los charcos de agua. Tu madre te tomaba en sus brazos y caminaban por la ciudad. Da lo mismo cual. Las ciudades son para ti solo un telón de fondo. Tu madre pide la hora. Tu madre es mirada con asco y desprecio. Tu madre insiste. Alguien le responde”.

Por Mauricio Tapia Rojo

valparaiso vina cong 1

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Inhala. Inhala con desesperación. Inhala como si el planeta se desfragmentara en millones de pedazos. Inhala. Inhala con amor. Inhala con fuerza. Inhala con fuerza hasta que sientas dos estrellas explotando dentro de ti. Inhala. Nadie te debe nada. A nadie le importas. Eres un estorbo. Todos te miran con desprecio. Todos prefieren no mirarte. Todos prefieren pensar que eres parte del paisaje. Una piedra. Tierra seca. Un envoltorio desteñido. Un gorrión recogiendo migajas. Inhala. Inhala con amor. Siente como el amor se expande por tu cabeza. Siente esas colisiones dentro de ella. Inhala. Imagina que tus pies no están fríos. Imagina que te besan en los labios. Imagina que te besan la espalda. Imagina que hundes sobre otro cuerpo. Imagina que otro cuerpo se hunde sobre ti. Inhala. Imagínate que eres otro. Imagínate que eres uno. Inhala. Inhala. Inhala. A nadie le importas.
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Nadie elige donde nace. Nuestros cuerpos están formados equitativamente de agua y azar. No elegiste donde naciste. No elegiste nacer en el frío y la humedad. No elegiste ser heredero de una cultura en ruinas. Derribada. Demolida. Pulverizada. No elegiste los márgenes para crecer. No elegiste tener el rostro sucio. No elegiste dormir en el suelo. No elegiste tener los pies descalzos. No elegiste ver como a tu alrededor todo crece hacia arriba. No elegiste crecer viendo a tus padres borrachos. No elegiste que los poderes del estado te dieran la espalda. No elegiste que se respetara tu cultura antes que tus ganas de comer. No elegiste moverte con el viento. No elegiste echar raíces en tierras movedizas. No elegiste que te echaran de todas partes. No elegiste que te escupieran el rostro con la mirada.

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De pequeño caminaste en el barro con tus hermanos o con tus primos o con tus primos hermanos. Sonreíste empujando a tus hermanos a los charcos de agua. Tu madre te tomaba en sus brazos y caminaban por la ciudad. Da lo mismo cual. Las ciudades son para ti solo un telón de fondo. Tu madre pide la hora. Tu madre es mirada con asco y desprecio. Tu madre insiste. Alguien le responde. Son las cinco y media de la tarde. Ven aquí chileno, deja leerte la suerte. No gracias, debo irme. Ven aquí no tengas miedo a esta pobre gitana. De verdad no quiero gracias. Pasa la mano chileno. Veo el rostro de una mujer, una mujer que te está haciendo mucho daño. De verdad no me interesa suélteme la mano. Te voy a dar este amuleto, toma tu billetera y saca el billete más grande que tengas. Suélteme. Oiga para que empuja, no ve que estoy con el niño. No corra. Cobarde. Maldito chileno. Ojalá que tu boca se llene de moscas. Ojala que tus ojos se sequen tanto que tengas que buscar urgente algún motivo por el cual llorar. Maldito chileno. Ojalá que peces enormes salgan de los hoyos de tus orejas y narices. Maldito chileno. Ahógate en tu arrogancia. Ahógate en tu fantasía. Ahógate en tu propia desabrida soberbia. Maldito Chileno cobarde.

4
El tren pasa. Saltas la reja. Esperas. Subes al siguiente tren. Tienes un pequeño tuco de papelitos. Una impresión que te pasaron tus padres. Una redacción sencilla. Debes cuidar el papel. El papel es frágil como tú. El papel es chiquitito como tú. El papel está sucio y roto como tú. Entregas el papelito a los pasajeros. Ellos no te miran. Te hacen un gesto de negación con la mano. Alguien lo recibe. Alguien lo lee. Alguien trata de entender lo que dice. Alguien está sin trabajo. Alguien no tiene como mantener a tu familia. Alguien no tiene como de darles de comer a tus hermanitos. Alguien te devuelve el papelito. Recoges todos los papelitos. Nadie se compadece. Finalmente todos te conocen. Es el mismo papelito que les pasó tu papá, tu tío, tu hermano. Es la misma historia interminable en donde el frío y el abandono son los protagonistas. Te vas al final del carro con tus hermanos. Un tipo alto vestido de azul te mira desde la otra esquina. Un tipo con lentes oscuros. Un tipo con una gorra de policía pero no es un policía. El tipo da tres pasos. Tú le llevas la ventaja. Caminan hasta que el tren se detiene y huyen apenas escuchan el sonido de la apertura de puertas. El tipo de la gorra de policía que no es policía aprieta su mano y su mandíbula. El tren avanza y tu te quedas en la estación. Y con tus propios ojos ven a otros de tu misma sangre en peores condiciones que tú. La carpa está rota. Desteñida. Desgastada con el paso del tiempo. El cartón se vuelve un aliado. La parafina también. Algo más se quiebra dentro de ti. Los trenes pasan y tú te conviertes en un hombre o en una mujer. Los papelitos ya no sirven. Jugar al parecer tampoco.

5
Cuando daban la telenovela todos te querían. Cuando la daban telenovela todos te miraron como uno de ellos. Cuando daban la telenovela te saludaban con tu lenguaje. Sarsan paisano. Devleça paisano. Cuando daban la telenovela todos cantaban y bailaban tus canciones. Cuando daban la telenovela te volviste visible. Dejaste de ser parte del paisaje. Dejaste de ser ambiente y te convertiste en personaje. Sarsan paisano. Devleça paisano. Cuando acabó la telenovela volviste a ser piedra, tierra seca, un envoltorio desteñido, un gorrión recogiendo migajas. Cuando se acabó la telenovela volvió el frío amanecer. Cuando se acabó la telenovela volvió la ingrata humedad que sube por tus pies.

6
Enjuta caminas sin saber a dónde vas. Tu piel oscura y arrugada. Tú larga falda negra y un polerón de plush negro te tapa del frío. Enjuta caminas por diferentes planos de la existencia. Todo se mueve a tu alrededor. Nadie comprende por donde caminas. Caminas por un lugar lleno se sombras. Caminas por un lugar lleno de gritos ensordecedores. Caminas y la gente huye de ti porque encarnas la figura de la bruja. Hablas sola en un lenguaje que no entendemos. Arrancamos de ti cuando estás cerca. Hueles a gasolina. Nadie sabe lo que hay detrás de tus ojos ¿un agujero negro? ¿Una colonia de sapos, moscas y culebras? ¿Una luz cegadora? Con tu presencia todo se desconfigura y oscurece. Como una película de terror ominosa en donde solo enfocan tu cuerpo, tu piel oscura y arrugada, tu larga falda negra y tu polerón de plush negro desde abajo hacia arriba mientras caminas sin saber a dónde vas.

7

Inhala con desesperación. Inhala como si el planeta se desfragmentara en millones de pedazos. Inhala. Inhala con amor. Inhala con fuerza. Inhala con fuerza hasta que sientas dos estrellas explotando dentro de ti. Alguien te dio el dato. Una botillería con un nombre religioso. Fuiste por él. Fuiste por la llave que te permitiría dejar de sentir el frío y la humedad. Les das las monedas al dueño de la botillería. Esas monedas que te dieron de malas ganas los que leyeron el papelito roto y sucio como tú. El dueño de la botillería te entrega la llave. Tú te alegras, caminas e inhalas. Los chinos lo crearon para pegar dos superficies por mucho tiempo. Los chinos lo crearon para salir del paso. Los chinos lo crearon porque todo estaba roto y debía pegarse de alguna manera. Tú no solo estás sucio. Tú también estás roto. Inhala con desesperación el pegamento para que los millones de pedazos se unan dentro ti. Inhala. A nadie le importas. Inhala. No elegiste que se respetara tu cultura antes que tus ganas de comer. Inhala. Cuando daban la telenovela todos te querían. Inhala. Los trenes pasan y tú te conviertes en un hombre o en una mujer. Inhala. Caminas por un lugar lleno se sombras. Inhala y camina hacia la estación del tren. Inhala, absorbe el amor del pegamento y deja el tubo, el envoltorio amarillo con letras chinas en el suelo, en las piedras, en la tierra seca. Inhala, camina y deja el envoltorio, salta la reja, espera, súbete al siguiente tren. Desapareces dejando tras de ti un camino amarillo muy diferente al del mago de oz.

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