El poema de una madre mapuche a Camilo Catrillanca: “Hijo te estoy llorando, un suspiro que desgarra la existencia”
Publicado por Jimena Améstica
“Hijo, te parí valiente, te vestí con la herencia de una nación guerrera, tejí tus ropajes cada noche, tu soñabas desde mi voz, mi vlkantv, yo cantando a la libertad. Hijo forjé tu lengua honesta, con trozos de tierra, de agua de mar, xayenko, mawvnko, karrvltu lawen”, así comienza el poema dedicado a Camilo Catrillanca que se ha compartido de forma masiva las últimas horas por redes sociales. El texto, de autoría de la joven mapuche, Kelv Liwen, se basa en el sentimiento y dolor de una madre ante la pérdida de un hijo.
Si bien, en un principio se pensó que las palabras pertenecían a la madre del comunero asesinado por el “Comando Jungla” el pasado miércoles 14 de noviembre de 2018, la misma creadora salió a aclarar el sentido de sus letras a través de Facebook, asegurando que “he visto que se dice que son palabras de la madre Camilo Catrillanca, sin duda que se interprete así logra todas las expectativas de quien quiere expresar dolor, a una madre lo más doloroso es perder a tu hijo, pero este texto lo escribí yo, desde mi dolor de mujer mapuche, de esposa, de madre, hija, hermana, prima, desde mi sentimiento mapuche“, reconoció, aludiendo al impacto del texto que ha sido replicado por cientos de personas.
“Hijo, te parí valiente, te vestí con la herencia de una nación guerrera, tejí tus ropajes cada noche, tu soñabas desde mi voz, mi vlkantv, yo cantando a la libertad. Hijo forjé tu lengua honesta, con trozos de tierra, de agua de mar, xayenko, mawvnko, karrvltu lawen.
Hijo, tu voz se escucha en el azul, hay eco a tu giyatu, tu voz grita las injusticias! Tu voz hijo, tu voz no se apagan con los balazos, se perpetua sobre tu cuerpo masacrado, hijo te arrebataron los días, hijo No! No se mueren los que han nacido en la resistencia, no mueren los que han abrazado a su tierra madre con su propia vida, no se mata a quien le pone el pecho a las balas cobardemente por la espalda, hijo te estoy llorando, un suspiro que desgarra la existencia, es cierto te estoy llorando, y como te lloro voy pariendo más resistencia, te parí y llamé Lemun, y otra vez te llamé Mendoza, de nuevo fuiste Katrileo, miré tus ojos Nahuel, te parí Marileo, te llamé weichafe te forjé al flagor de nuestro resistencia, te parí y te vuelvo abrazar en tu vuelo Kamilo Katrillanka, no se mata por la espalda a quien le ha puesto el pecho a las balas del capitalismo, se perpetua su nombre weichafe para escribir con la sangre derramada la inevitable historia de un pueblo que se revela y se libera…”