[OPINIÓN] Ni Don Francisco los pudo salvar
“El país se tuvo que ir a la mierda para que los empresarios no usaran a niños con discapacidad como lavado de imagen. Ni siquiera Don Francisco pudo venir a salvarlos. El que por años fue quien puso orden, hoy no es más que un anciano con ojeras espeluznantes, pelo quemado y voz entrecortada. Quien incluso ha pasado todo este tiempo probando y viendo sucesores de su trono, quizás deba dejar de pensar en esa tarea. Si Don Corleone no es la salida, entonces no hay nada más que hablar”.
Por: Hugo Pérez Torrejón
Corría el rumor desde ayer. Las actividades previas, su clásica gira por Chile, almuerzos y comidas protocolares que hasta hace un año atrás serían portada y espacio garantizado en matinales, habían sido suspendidas. La Teletón se suspende este 2019 y se posterga para abril del próximo año. Como si de una lista de supermercado se tratase, esto se suma a la APEC, COP25 y a la final única de la Copa Libertadores. El desgobierno se hace carne. Ni siquiera Mario Kreutzberger pudo poner orden.
Don Francisco, más que un presidente en la caja idiota, es un monarca. Empezó el año 1978, en los años más duros de la dictadura, con esta cruzada que pretendía recaudar la estratosférica cifra de un millón de dólares. Pareciera, como si hacer programas maratónicos para ocultar el horror fuera su mayor deporte. ¿Alguien ha pensado alguna vez lo que son 27 horas en pantalla? El tiempo es oro, dicen. Y él lo debe saber muy bien. Según estudios, cuando vemos televisión ocurre un efecto muy parecido al de estar dormido. Un fin de semana entero lleno de emociones: lágrimas, coraje, la epicidad de alcanzar una meta absurda, conjugado con todo un mes de campaña con antelación. No podía resultar de otra forma: la Teletón ordenaba el tablero, con su rey a la cabeza.
Pero Chile es otro desde el 18 de octubre. ¿Cómo íbamos a seguir con esto? ¿Aguantaríamos otra vez las donaciones de los pacos, marinos y milicos sin que la rabia nos carcoma? Kike Morandé se asoma en la madrugada y el desfile de culos y tetas ocultas sofisticadamente bajo escarcha y lentejuelas comienza. Abajo, en la pantalla, el generador de caracteres nos ordena “¡Anda al banco! ¡No abandonemos a los niños!”. Karol Dance hace un móvil desde cualquier ciudad y nos regala comentarios estúpidos en su voz de plástico. Qué bueno que todo eso se volvió insoportable.
El directorio de Teletón tuvo un asiento adornado, desde 2010, por Carlos Alberto Délano, quien cometió fraude al fisco para financiar campañas políticas de la UDI. El escándalo provocó su salida. Y este es un caso ejemplar para ver todo el daño que esta gente le ha hecho a Chile. Lo único que sostiene la legitimidad de un sistema político es la fe pública, la confianza en que las leyes y normas que nos dimos (en este caso, nos impusieron con balas) tienen sentido y funcionan. ¿Cómo es posible que Délano haya estado involucrado en algo tan noble? ¿Por qué un miserable tan grande usó a los niños y sus historias de esfuerzo? ¿Qué culpa tiene esa familia del interior, desprotegida por el Estado, que hace esfuerzos sobrehumanos para llegar a los centros de rehabilitación de las ciudades? ¿O esa niña que junta en una alcancía y lo lleva al banco de Luksic? No solo han abusado económicamente de nosotros, también nos han quitado el valor de las buenas acciones y los justos medios.
El país se tuvo que ir a la mierda para que los empresarios no usaran a niños con discapacidad como lavado de imagen. Ni siquiera Don Francisco pudo venir a salvarlos. El que por años fue quien puso orden, hoy no es más que un anciano con ojeras espeluznantes, pelo quemado y voz entrecortada. Quien incluso ha pasado todo este tiempo probando y viendo sucesores de su trono, quizás deba dejar de pensar en esa tarea. Si Don Corleone no es la salida, entonces no hay nada más que hablar.
Ojalá este nuevo Chile que está naciendo esté a la altura de la inclusión.